martes, 16 de febrero de 2010

Me cambié de casa

Como tenía que ordenar la casa reuní todos los blogs en esteenlace espero podamos juntarnos todos allí para darle vida y potenciar ese blog
>Gracias

martes, 12 de enero de 2010

VACACIONES INDEFINIDAS

Crear y editar un blog básico es tan sencillo como acceder al correo electrónico. Las ganas de contar historias, opinar y conversar estaban ahí, los weblogs se han erigido en la herramienta asequible que necesitaban todas estas voces. Hacer un buen blog comprendiendo los mecanismos que subyacen al género ya es cuestión de conocimiento y talento.
Otro aspecto fundamental para entender el fenómeno blog es que se crean relaciones de confianza. Hay aspectos éticos que inciden en ello: citar las fuentes, reconocer cuando uno se ha equivocado al corregirle un lector e indicar los cambios que se realicen a posteriori de la edición original; también hay rasgos de estilo que favorecen este tipo de relaciones, en los blogs se escribe con un estilo directo, cercano, se conversa. No se trata de encontrarse con una fría crónica de un articulista que preferiría estar haciendo otra cosa, es escuchar la opinión de alguien apasionado por un tema y con el que llevo hablando varios meses.


Las ideas que estàn señaladas arriba , no me pertenecen , pero creo que nos interpretan, a todos quienes hemos creado un blog, sin embargo hay algo que todo blog necesita es su retroalimentaciòn, si esa no llega, va minando la creatividad, la perioricidad de su autor, es un poco como hemos leìdo a veces que los blog se alimentan de sus lectores.
Finalmente creo en la amistad con letras grandes, como alguièn dijo por ahì con o sin internet existiràn los amigos, espero eso sea cierto.
Creo que un perìodo de vacaciones, de este blog , le hara bien para definir su futuro pròximo. Un agradecimiento a quienes se acercaron a este lugar.











MUSEO DE LA MEMORIA





Museo de la Memoria y Derechos Humanos



 La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, presa y torturada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), inauguró el Museo de la Memoria, erigido para recordar a las miles de víctimas de ese período y prevenir que tales hechos se repitan.
"No podemos cambiar nuestro pasado, sólo nos queda aprender de lo vivido. Esta es nuestra oportunidad y nuestro desafío",
 declaró Bachelet tras recorrer el edificio acompañada por los otros tres presidentes que ha tenido Chile desde el retorno de la democracia.
Patricio Aylwin (1990-1994), Eduardo Frei (1994-2000) y Ricardo Lagos (2000-2006) acompañaron a Bachelet en este acto, celebrado a seis días de las elecciones presidenciales que enfrentarán al propio Frei y al candidato derechista, Sebastián Piñera.
"Me he sentido acompañada de la historia y de nuestro pueblo, representada en estos tres hombres justos, que representan 20 años de libertad y de respeto a los derechos humanos", recalcó la presidenta.
El acto se vio empañado por los abucheos que recibió el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa por su apoyo explícito a Piñera y por los gritos de la hermana de un joven mapuche muerto por la policía en 2008, que interrumpió el discurso de Bachelet.

Este museo "honra la memoria y la dignidad de nuestra gente, y cuya muestra, cuyas fotos, cuyas voces, estremecen y hacen pensar y reflexionar cómo se llegó a producir tanto dolor en nuestra patria", señaló la mandataria.
"Hay en este edificio imágenes que no quisiera recordar, pero hay también personas que siempre, más allá de todo dolor y tristeza, siempre querré volver a recordar", dijo Bachelet, cuyo padre, el general Alberto Bachelet, fue también torturado y murió en 1974.
El museo tiene como referencia los informes "Retting", que en 1991 documentó 2.279 casos de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos, y "Valech", que estableció en 2004 que más de 28.000 personas fueron torturadas por causas políticas durante la dictadura.
Representantes de esas víctimas se encontraban sentados entre los asistentes al acto, al que acudieron ministros, parlamentarios y miembros del Poder Judicial y de la Iglesia, así como la madre de Bachelet, Ángela Jeria, quien fue torturada junto a su hija.
La vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, señaló a Efe que "este es un proyecto extremadamente significativo, que tiene que ser una contribución a la verdad, a la exigencia de justicia y a la memoria histórica en Chile".
"Necesitamos mirar el futuro aprendiendo de nuestro pasado", dijo la diputada socialista Isabel Allende, hija del fallecido presidente Salvador Allende, que se inmoló durante el bombardeo a La Moneda, el 11 de septiembre de 1973, día del golpe de Estado de Pinochet.
En tanto, el ministro de Defensa, Francisco Vidal, señaló que "todos los pueblos tienen que llegar a la verdad, a la justicia y a la memoria", y recordó que el Museo incluye a agentes del Estado que fueron víctimas de la violencia política y figuran en el informe "Rettig".
"Creo que el Museo de la Memoria es una manera de enfrentar a la sociedad con su pasado", declaró, por su parte, el novelista Mario Vargas Llosa, quien señaló que un edificio de este tipo "debe ser un museo de todas las víctimas, sin excepción".
El museo tendrá una exposición permanente con documentos, objetos y abundante material audiovisual y archivos sonoros, entre ellos testimonios de las víctimas y sus familias, documentos jurídicos, cartas, fotografías y material de prensa.
La propia presidenta puso en diciembre de 2008 la primera piedra de este edificio, diseñado por el arquitecto Mario Figueroa, de la Universidad de Sao Paulo, levantado en el barrio santiaguino de Quinta Normal y que cuenta con 5.500 metros cuadrados construidos.
Frente al edificio se extiende una plaza de 8.000 metros cuadrados con dos grandes fuentes y una muralla en la que se pueden leer los 30 artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en 1948.
Tras finalizar su mandato, el próximo 11 de marzo, Bachelet tiene además previsto integrarse como miembro permanente del directorio de la Fundación, que estará formado por 15 personas representativas de diversos sectores de la sociedad chilena.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) felicitó hoy a Chile por la inauguración del museo, que representa, dijo, un importante símbolo de la lucha contra la impunidad y de una cultura que se basa en el respeto a los derechos humanos.

sábado, 9 de enero de 2010

Me detendrè a llorar por los ausentes




Muchas veces me encontrè llorando , aquì y en otras plazas por los ausentes

viernes, 8 de enero de 2010

LA NEGRA ESTER






Esta semana, pudimos tener la suerte de asistir a una funciòn de la obra de teatro "La negra Ester", es una historia de amores y desamores que ocurren en un prostìbulo del puerto de San Antonio.
Con vistosos maquillajes, con una banda musical en vivo, con un lenguaje muy localista, esta pieza està catalogada como una de las grandes obras del siglo XX.
Se calcula que a la fecha a sido vista por unos 6 millones de personas.

La obra “La Negra Ester”, original de de Andrés Pérez (1951-2002) fue la primera gran obra del Circo Teatro fundada el 8 de diciembre de 1988, y llegó a constituirse en un hito en la historia del teatro chileno. 

Empleando un vestuario llamativo, un reluciente maquillaje,  con actores-músicos y un exigente trabajo corporal, esta obra cuenta la historia de un prostíbulo en San Antonio, experiencia personal de Roberto Parra. 

La obra se transformó en el primer montaje de éxito masivo y recorrió varios países de América Latina, Estados Unidos y Europa.

martes, 5 de enero de 2010

DIA DE LOS REYES MAGOS

En Chile la navidad se celebra cada 24 de diciembre, en la noche es la ocasiòn en que el viejo pascuero pasa por las casas dejando sus regalos.

Con la visita de mi amiga Loli me enterè que en España la situaciòn es muy distinta.

Esto es lo que dice Wikipedia sobre esta fiesta desconocida para nosotros, a mis amigas de España les pido aporten datos para que pueda conocer mas sobre esta fecha .


En España, la tradición es que los niños escriban una carta a los Magos y que se envía días antes del día de Epifanía. En este día, popularmente conocido como Día de los Reyes Magos se consume el deseado roscón de reyes que contiene una sorpresa en forma de figurilla (quien la encuentre tiene que ponerse una corona de cartón), y un haba (quien la encuentre tiene que pagar el roscón) En muchos lugares es también tradición dejarle algo de comer (normalmente algún licor o vino, y dulces) y beber a los Reyes Magos y sus camellos. Los platos al día siguiente aparecen vacíos, y en su lugar aparecen los regalos.
El día anterior se realiza una cabalgata de Magos en diferentes lugares y ciudades de España donde aparecen los magos con los regalos que durante esa noche ofrecerán a los niños.

Antes de irse a dormir, se coloca un zapato de cada persona de la casa en fila, y los reyes ponen los regalos de cada uno junto al zapato correspondiente.

lunes, 4 de enero de 2010

¿Cuànto valemos?


Hoy la verdad es que tenìa pensado escribir algo en mi blog, sin embargo no habìa tema, me dediquè a leer antiguas entradas en el blog de una amiga y vì una preciosa historia.
Un hombre con un autoestima muy baja, acude donde un maestro en busca de ayuda, el maestro le entrega un anillo para venderlo solo si consigue por èl una moneda de oro.
Al llegar a la feria todos se reìan de èl , le ofrecìan monedas de plata , cobre, nada màs.
Retorna donde el maestro y le explica el fracaso, el maestro lo escucha y lo manda donde un joyero para avaluar ese anillo pero con otra clara recomendaciòn, no venderlo a ningùn precio, llega donde el joyero quien de entrada le ofrece 80 monedas de oro, el hombre no daba crèdito a la oferta, pero regresa donde el maestro a dar la buena noticia.
El maestro le dice, tù eres como este anillo una joya que solo la sabe valorar una persona experta, el resto no es capaz de ver tus capacidades.

No sè si mi amiga reconocerà su blog, pero como la historia me pareciò digna de contarla, la tomè prestada y luego pedirè los permisos del caso, el blog de ella es como ese anillo, solo debe ser valorado por gente sensible.

domingo, 3 de enero de 2010

SOLO PARA ESCUCHAR

sábado, 2 de enero de 2010

MUSEO DE LA MEMORIA (DIARIO EL MERCURIO 2 de ENERO de 2010)








Hoy leì esta entrevista a Marcia Scantlebury futura directora del museo de la memoria y de los Derechos Humanos, por la importancia de sus contenidos la coloco a vuestra consideraciòn




Los nietos circulan por el jardín de su casa, rodeada de enormes árboles que cada dos años levantan la terraza y hacen olvidar que estamos en la mitad de Vitacura.
Pero no son los olvidos sino los recuerdos los que llenan las horas de conversación. Y la voz suave y femenina de  Marcia Scantlebury, que cuenta lo que le pasó hace más de 35 años, una historia  que también es parte del Museo de la Memoria, que se inaugura el 10 de enero, y de cuyo proyecto es directora.
Se lo pidió la Presidenta Bachelet hace un par de años, casi al mismo tiempo que le solicitó integrar el directorio de TVN. "No pregunté nada, sino que le dije por supuesto que sí, porque he estado toda mi vida en este tema, y era un honor". Era una culminación, "más allá de que nunca he estado en el papel de víctima permanente, nunca he sido esclava de mi personaje, a lo que siempre le he temido", dice.
Su personaje, además, es mucho más complejo e incluye una infancia soñada, mucho cariño, un marido incondicional, dos hijos, una belleza mítica, el  periodismo, la cultura -fue jefa de la División de Cultura del Mineduc durante el gobierno de Frei- y la política. Un personaje que inspiró, dicen , a  Clara de La casa de los espíritus,  de Isabel Allende.
Pero es el haber estado presa en 1975, el haber sido torturada, lo que marca en ella un antes y un después, del que acepta hablar ahora que se inaugura el museo, un  edificio emplazado en Quinta Normal. Un museo que para Marcia Scantlebury también ha sido duro. Hay noches en que llega a su casa sin ganas de nada, porque ha estado expuesta al dolor de otros, a testimonios que le recuerdan su propio dolor.
-¿Nunca fue al sicólogo?
-No. Es un prejuicio, pero te dicen que el sicólogo te va a hacer superar el dolor. Y no sé si quiero superarlo. No quiero que me saquen el dolor. Lo importante es aprender a vivir con él. Integrarlo. A lo mejor te hace más sabio. ¿Por qué tienes que olvidar? Pero es difícil a veces- dice.
Hablar del museo la entusiasma, dice que espera que no sea sólo la agenda del pasado sino la del futuro la que cruce la discusión.
-¿Que se inaugure antes de la segunda vuelta no lo tiñe de un cariz partidario?
-No he pensado en eso. La Presidenta quiere inaugurar el museo antes de irse y los plazos están dados por el tiempo que necesitamos para construirlo.
En el museo, que abarca el período de 1973 a 1990, también hay cartas, documentos, fotos, pasaportes con L y mucha artesanía carcelaria donde, por ejemplo, está dibujado el caballo de mar, símbolo de libertad. "Cuando a los presos los llevaban al baño, les sacaban la venda y veían esta rejilla por donde se escurre el agua, que tiene un caballo de mar. Al caballito de mar lo transformamos en un momento de luz, en que uno pensaba que podía escurrir por ahí", recuerda Marcia.
Está sentada en un cómodo sofá mientras habla. En una mesa hay una foto de su matrimonio con el abogado Rodrigo Santa Cruz,  ella muy joven y bonita. "¿Te das cuenta que el 50 por ciento de los chilenos  no había nacido cuando esto pasó? Los jóvenes, que tienen derecho a saber, preguntan por qué pasó esto", dice.
-Y esa pregunta, por qué pasó esto, ¿no debiera contestarse en un contexto que explique la polarización de comienzos de los 70?
-Todos los museos comienzan en un momento. Esto abarca la violación sistemática de los derechos humanos por parte del Estado de Chile, que era el encargado de cautelarlos. Y la creación del museo es un acto de reparación desde el Estado. Esa es la muestra estable, que ocupa menos de la mitad. Es injusta la crítica porque todo el resto del museo será  un espacio destinado a discutir todos los temas. Pero darle la espalda a lo que ocurrió no nos hace crecer.
A la entrada del museo, cuenta, habrá un lugar donde están los diarios de la época, donde se ve la violencia verbal. "Pero lo que no es el museo y lo que no va a producir es un empate. Porque no hubo aquí una guerra civil ni dos fuerzas regulares que se enfrentaron".
-¿Siente que el mea culpa de la derecha ha sido suficiente?
-No. Soy parte de la gente que sufrió y no te estoy diciendo que a nivel personal no haya recibido expresiones de gente que me han  emocionado. No soy una persona odiosa y siempre he estado muy disponible para la gente que se me acerca, que me dice: "Marcia, no supe" o "no creí". Pero a mí me hubieran gustado más muestras.
-Pero es muy poca la gente que aún justifica o niega las violaciones a los derechos humanos.
-Esta sociedad ha cambiado.  Pero me gustaría que hubiera más conciencia de lo que sucedió y más autocrítica, y de los civiles que participaron en el gobierno, que ha sido más débil. Se ha avanzado en términos de justicia, ha habido gestos de reparación, pero no es suficiente. A uno como víctima siempre le parece insuficiente.
-¿Qué le pareció lo que dijo Arturo Fontaine, que supo tarde lo que pasaba?
-¡Lo encuentro valioso! En la medida que haya más gente que sea capaz de decir eso...
-¿No cree que el mea culpa de la izquierda ha sido insuficiente?
-La izquierda ha hecho mucho mea culpa. He escuchado muchas veces diciendo que hoy se valora mucho la democracia. Pero fue tan brutal lo que pasó... Y no son sólo la izquierda y las víctimas. En la plaza del museo hay un memorial de Alfredo Jaar que es muy emblemático, y que tiene como lema "Todos hemos perdido algo". Porque no les pasó sólo a las víctimas directas, sino al país entero.
-¿Usted qué perdió?
-La inocencia. Porque vi que el mundo no era como lo imaginaba, que había gente que yo no quisiera ver. A nosotros nos vendaban. Un tipo me dijo una vez que me estaba subiendo la venda y que no lo mirara. Le contesté: "Lo único que quiero es nunca verlo a usted".
"NO ABRA LA BOCA"
Marcia Scantlebury ha contado  pocas veces su historia. Pero sí ha declarado muchas veces, ante la justicia, ante la comisión Valech, que reunió los casos de tortura en 2004, días en que lloró mucho. También está en una querella por Villa Grimaldi. "Nunca me he rendido, esa es la verdad", dice con sencillez. "Es importante no rendirse frente al olvido. Lo peor que podría pasar con este museo no es enfrentarnos con el odio, sino con la indiferencia".
Y agrega: "Todos estamos marcados. Pero yo puedo decir con propiedad 'a mí me pasó, a mí me torturaron', y no he dedicado mi vida a crear una sociedad de represalias. Esa no es la salida, sino mostrar lo que ocurrió para que nunca más vuelva a pasar".
-¿Cómo se vive con recuerdos tan traumáticos?
- Es absurdo que yo lo diga. Pero cuando me han preguntado cuál es el mejor y peor momento de mi vida, digo sin vacilar que los he vivido en el mismo tiempo y en el mismo lugar. En un tiempo oscuro, el tiempo de mi detención.
Fue en Villa Grimaldi, la tarde del 3 de junio de 1975, donde llegó con los ojos vendados. Al bajarse del auto, sintió unos gritos tan inhumanos, dice, que pensó que eran de animales.
-El odio era para mí un concepto intelectual, entonces fue terrible darme cuenta que no...
-¿Y por qué fue el mejor momento?
Lo resume en lo que vivió el domingo pasado, en Angostura, en la casa de María Matamala, una ex presa: "Habíamos más de 20 ex presas que cantábamos las canciones del campamento, porque vivimos una experiencia de solidaridad que estoy segura nunca más voy a vivir. Cuando a tí te traían de tortura, por ejemplo, estaban todas cantando. Cada una me había hecho un regalo y me cedían la mejor cama".
De a poco, va abriendo sus recuerdos. Se nota que le duelen.
Hasta entonces, Marcia había tenido una vida bien regaloneada. Una infancia bucólica en La Serena con sus dos hermanas. Su padre era abogado, un gringo "autoritario y maravilloso", que murió hace 15 años. Su mamá, Gabriela Elizalde, aún vive. Era una sociedad donde todos se conocían, donde era famosa por lo linda.
Para sus padres, fue complicado ver cómo las opciones políticas de su hija, que partió en la DC, se fueron radicalizando.  "Fui Patria Joven absolutamente". Claudio Orrego Vicuña la llevó a trabajar a la Promoción Popular. "Mi papá era absolutamente momio y le parecía terrible", se ríe Marcia.
Con él tendría una historia muy emotiva después, cuando estuvo detenida. "Cuando me fue a ver, me levanté la camiseta, le mostré  (yo estaba entera quemada) y le dije 'papá, mira. Para que no digas que nunca me torturaron'. Mi papá fue muy extraordinario, porque me dijo "No abra la boca". Él entendió que eso para mí fue una señal de respeto y amor impresionante porque siempre discrepamos en política. Él era pinochetista. Pero no creas que después de eso pasó a ser de izquierda", dice y sonríe.
En 1970 ella votó por Radomiro Tomic y, ya casada con Rodrigo Santa Cruz, se fueron  a vivir a Estados Unidos, un hecho que la marcaría. "Fuimos a Harvard en la época de los black panthers, del movimiento Viet-Nam, del feminista. Cuando volví a Chile, en 1971, había cambiado y tenía una mirada mucho más radical sobre lo que sucedía en el país".
Se separó también de su marido. Para el golpe era  "una militante de izquierda" pero sólo sería mirista cuando cayó presa. El año y medio antes de su detención escondió gente, ayudó a militantes del MIR, "cayó alguien del MIR y ahí apareció mi nombre como una persona que podía transmitir mensajes", recuerda.
-¿Pensó que podía ser tan vulnerable como cualquiera?
-Yo sabía que esto estaba pasando. Y a mí no me pasan las cosas. Cuando tomé la decisión de pasar a la resistencia  y de ayudar a gente, sabía a lo que me exponía. Lo que pasa es que nunca me imaginé cuando me paré frente a la Villa Grimaldi...
-¿Cómo resistió el dolor?
-No lo entiendo. No pensé que era tan fuerte. Me encontré con gente que te decía "no vas a resistir", y dije "capaz que no, pero voy a aguantar hasta que pueda". Ellos, cuando te torturaban, decían que tenías actitud de clase, de arrogancia. No era eso, pero sí pensabas: "voy a ser mejor que ellos". Estaba el terror de dar un nombre, que esa persona llegara ahí, la desaparezcan, y tener que vivir con eso.
Las secuelas de eso fueron que "perdí la mitad del oído por un golpe (pone la palma de su mano sobre su oreja derecha) y lo que te queda mucho tiempo son unos puntitos blancos, como despigmentación, donde te ponen la  electricidad".
-¿Hoy tiene más tolerancia al dolor físico?
-El dolor físico es brutal, indescriptible, siempre estaba esperando desmayarme, ¡qué fantástico desmayarme! o ¡qué fantástico morirme!, pensaba. Pero también decía "he resistido tanto, qué sufrimiento inútil".
Había cosas locas. "Como la niña que te tortura y te grita cosas horribles, y después te llama, te saca la venda, y te das cuenta que tiene siete meses de embarazo y te pide que la ayudes con el chalequito que está tejiendo".
Su familia no sabía dónde estaba. Fueron 17 días incomunicada. "Se supo porque a una chica joven que estaba conmigo la dejaron en libertad. Se llamaba Miriam Silva. Ella le dijo al padre Aldunate que yo estaba viva".
Marcia estuvo en Villa Grimaldi 23 días, en un centro de detención en Pirque, en Tres Álamos y Cuatro Álamos. Hubo mucha presión y salió para la Navidad.
Al otro día partió a Colombia. Ahí se juntó con sus hijos, trabajó, le fue muy bien y colaboró en la revista Alternativa, de García Márquez, mientras trataba de empezar de nuevo, ahora con sus recuerdos a cuestas.
-¿Lo peor de todo?
-Lo peor es algo que se te quiebra. La tortura es sobre todo una gran humillación. Siempre te queda esa fragilidad. Es mentira que después eres más fuerte, que todo dolor que no mata  fortalece. Soy una persona a la que con cualquier cosa se le llenan los ojos de lágrimas. Te queda siempre un antes y un después de esa humillación. Y una decepción sobre los seres humanos, donde dices "Ojalá no vuelva a pasar",  pero en el fondo sabes que hay algo de eso ahí.
-¿A quién fue la primera persona que pudo contarle?
-A mi marido, miles de años después. Pero ni siquiera se lo conté sino que fue como si él entrara ahora y nos escuchara. Es que es muy fuerte, siento yo, para él. Y a mi mamá nunca se lo he contado. Y con mis hijos nunca lo he hablado directamente, y ellos tampoco me han preguntado mucho. Es raro lo que le pasa a uno. Esto es siempre un secreto.
-¿Por la humillación?
-Por el tema de la gran humillación, el gran dolor, la gran culpa. Ser torturada como mujer es muy distinto a ser hombre. En el hecho de ser mujer la tortura tiene siempre una connotación sexual, sientes que el que te hayan tocado tiene que ver contigo. Yo no fui violada, pero fui abusada y fui maltratada de ese punto de vista, y me costó mucho reconciliarme con mi propio cuerpo. Me sentía sucia. Y pensaba ¿hay algo que podría haber hecho para que no me hubiera sucedido?
-¿No se forma un océano de distancia con el marido cuando uno carga algo tan terrible y secreto?
-Yo creo que eso te une. La vida está hecha de complicidades y muchos silencios. Soy de una generación que también pensó en modificar las relaciones de pareja en el sentido de contarse todo. Pero soy de los que piensan que no hay que contarse todo. Tenemos muchas zonas compartidas, pero también hay espacios absolutamente propios, de mucho silencio.
 Con su marido se reunió en Roma, donde él trabajaba para la FAO. Sus hijos fueron de vacaciones desde Colombia a Italia, "él me pidió que fuera y yo quemé todas mis naves en Colombia y partí... Y, como él me dijo, "esto prueba la perseverancia del amor" (se le llenan los ojos de lágrimas).
-¿Su marido nunca la culpó?
-Nunca hemos hablado de eso. Lo importante era juntarse. Nunca hubo mentiras entre nosotros, porque siempre nos quisimos.
- ¿Usted se culpó de sus opciones políticas?
-Eso es complejo. Hay una canción de la Mercedes Sosa que dice "No me preguntes niña, que la vida me reclama tanto. Ay qué camino tan disparejo, la angustia cerca y mi niño lejos". Es una explicación, creo, que le da alguien de la guerrilla a sus hijos.
-Que la están culpando...
-Mis hijos nunca me han culpado. Fue mi opción, y a todas las mujeres que participamos de eso nos pareció la  más generosa. Ellos tuvieron que crecer sin mí un período, tuvieron que vivir mi destierro, sufrieron y nunca tuvieron la posibilidad de opinar. Yo me siento culpable todos los días. Pero no me arrepiento.
Cada vez que puede, Marcia parte con su marido a una casa en Los Vilos. "Necesito mucho silencio, y del silencio para adentro. Descubrí por qué me gustaba Kieslowski, por qué me interesaban los  asiáticos en literatura. Tienen esta enorme melancolía, esta enorme tristeza. Yo soy una persona tremendamente triste".
-¿Después de lo que le pasó?
-Fui  melancólica desde chica, pero esto me lo exacerbó. También soy muy alegre, muy capaz de disfrutar las cosas de la vida. Gozo de todo, y eso tenemos casi todas las presas. Cuando salimos de la cárcel nos bajó una depresión horrible. Finalmente, estábamos en un espacio donde había afecto. Pero sales y quedas desnuda frente a la vida. Te enfrentas a la indiferencia. Salir es entrar a otro lugar, y ese otro lugar es siempre nuevo y hostil, porque la gente se acostumbra hasta a las jaulas. Y al final, ¿qué eres tú?, eres una presa. Esa es tu identidad.
-¿Cuándo se deja de serlo?
-Nunca. Nunca vuelves a ser la misma, pero también es gente muy positiva. Cuando nos juntamos, nos matamos de la risa, porque esto se sobrevivió con mucho dolor pero con humor  negro. Como para decirle "discoteca" al lugar donde nos torturaban porque ahí ponían a Julio Iglesias para que no se escucharan los gritos- recuerda-. Nos reíamos de todo. Una vez me carearon con Gladys Díaz, una periodista, y ella siempre cuenta que cuando nos sacaban y ponían la tela emplástica de los ojos yo le decía al tipo "¡no me saque más la tela emplástica! ¿No ve que me va a sacar las pestañas?". La Gladys me miró y me dijo: "qué te importa, si nos vamos a morir". "Bueno, ¡me quiero morir con pestañas!". No quisiera separar mi vida de un poco de frivolidad. No tomarme nunca tan en serio.
En cambio, todavía no puede escuchar canciones infantiles, porque las oían de un lugar pegado a Villa Grimaldi, ni tampoco sentir el olor de las rosas, porque las cultivaban ahí. "Ciertas cosas me producen angustia total. Es muy delirante. Uno se obstina en recordar y recuerdas cosas que te parecen irrelevantes y de repente no puedes recordar cosas fundamentales".
Pero no pudo olvidar algunas caras, que años después se topó. "Me he encontrado con gente, pero no he hablado. Raro, ¿no? Hay gente que tiene una compulsión a acercarse. Yo siempre he querido distanciarme porque todos los seres humanos tienen otra parte, y no quiero entenderla, comprender la ternura que puede haber en ese ser humano. No ando por la vida derramando el odio, estoy rodeada de gente maravillosa, pero no he perdonado totalmente. Hay cosas que no perdono. Sobre todo las cosas que tienen que ver con los demás. A lo mejor lo que me hicieron a mí podría olvidarlo.
-¿Se sintió parte del proceso de reconciliación?
-Reconciliar es volver a reunir. Hay cosas que no se van a juntar nunca más, pero lo importante es crear condiciones para que esto no vuelva a pasar. Seguramente yo podría perdonar a mucha gente. Pero perdono en nombre de quién. ¿En nombre de todos los que murieron y ya no están, o están desaparecidos? Jamás me sentiría con esa omnipotencia.

Una lìnea muy delgada


¡Ay mísero de mí!¡Y ay infelice!
Apurar, cielos, pretendo
ya que me tratais así,
qué delito cometí
contra vosotros naciendo;
(…)

¿No nacieron los demás?
Pues si los demás nacieron,
¿qué privilegios tuvieron
que yo no gocé jamás?
(…)

¿Qué ley, justicia o razón
negar a los hombres sabe
privilegio tan suave,
excepción tan principal,
que Dios le ha dado ha un cristal,
a un pez, a un bruto y a un ave?

Hay dìas en que esta obra  "La vida es sueño" adquiere caracteres reales, y uno cuestiona si esta vida es solo un sueño, y la vida real està mas allà de èsta.
Hay dìas en que las palabras sobran y pareciera que todo va cuesta abajo, son momentos que uno no quisiera , refutar nada, quisiera que esta etapa siguiese su propio destino.
Cuando solo un teclado es lo que se necesita para explicar, afuera la vida continùa se escuchan las risas cercanas, mañana serà otro dìa.

Habìa una antìgua canciòn que su letra decìa mas o menos asì " No hagan caso de las cosas que he contado"

SANTIAGO 500 AÑOS

Este año nuestro paìs celebrara el bicentenario de la independencia, dejo un par de fotos de estos años en mi ciudad para comparar los cambios